Peñíscola, la magia de la Costa del Azahar

Peñíscola es una ciudad situada en la costa norte de Castellón, en la comarca del Bajo Maestrazgo. Está asentada sobre un promontorio rocoso que está unido a la península por un tómbolo. Peñíscola y su castillo son el principal símbolo geográfico de la Costa del Azahar castellonense, además de una de las capitales turísticas de la región.

Además, de sus playas y sus paisajes marítimos, Peñíscola nos ofrece una variada riqueza monumental, una rica gastronomía basada en los pescados y  el arroz, y unas magníficas fiestas mayores dedicadas a la Virgen de la Ermitana.

El mayor icono de Peñíscola es su castillo, construido en el incio del siglo XIV por los templarios. Está en el punto más alto de la ciudad y defendido por un impresionante conjunto de murallas. Al recinto amurallado se accede por tres puertas: la Puerta de San Pedro o del Papa Luna, junto al puerto pesquero; la puerta de Felipe II o Portal Fosch; y la Puerta de Santa María junto al balcón de Pilatos.

Otro edificio de interés es la iglesia del Perpetuo Socorro, de origen medieval. El templo conserva valiosas piezas de orfebrería que pertenecieron al Papa Luna y a su sucesor, Clemente VIII.

Cerca de la puerta de acceso al castillo se alza el santuario de la Virgen de la Ermitana, construido a principios del siglo XVIII en estilo barroco. Su preciosa cúpula, revestida de azulejos multicolores, domina el centro antiguo de la ciudad.

Asimismo, el turista debe visitar el puerto pesquero y asistir a alguna de las subastas que se realizan en la lonja; la ermita de San Antonio; el Museo del Mar; y el Bufador. Por último, hay que ver la torre Abadum, situada a 6 kilómetros de Peñíscola. Se construyó durante la época musulmana y fue muy importante durante el siglo XV al ser utilizada como fortaleza frente a los desembarcos piratas.

Foto vía Turismo de Escapadas