El encanto del arte románico en Lleida

La provincia de Lleida (Catalunya)  cuenta con verdaderas joyas del arte románico. Desde Salardú a Taüll, a lo largo de 66 kilómetros, podremos disfrutar del patrimonio artístico de esta región.

A través de un impresionante paraje de montaña, esta ruta permite descubrir varias maravillas del arte románico diseminadas por los valles pirenaicos. Se parte de la localidad de Salardú, que en su iglesia de San Andrés conserva una magnífica talla románica de Cristo barbado y con túnica, con la pecularidad de estar clavado a la cruz con cuatro clavos.

Luego, dos bellas iglesias surgen en el itinerario: la de Santa María de Arties, localidad que cuenta con un interesante patrimonio monumental, y la de San Pedro de Escunhau, con portada bellamente decorada.

Después, se llega a Vielha, donde resulta imprescindible la visita a la parroquia de San Miguel que alberga el famoso Cristo de Mijaran, talla románica de tamaño natural.

Se sigue la ruta atravesando el Tunel de Veilla, y, antes de llegar a El Pont de Suerte, se toma la desviación hacia las poblaciones de Cóll, con su iglesia de Santa María, y Barruera, con la de San Félix, de ábside decorado a base de arquillos lombardos.

Ya en el valle del Boí despuntan las iglesias de Durro, con su maciza torre; Erill la Vall, con el espigado campanrio de la iglesia de Santa Eulalia; para llegar a la cumbre del estilo en San Juan de Boí, donde se encontraban las pinturas murales, hoy en día copias, con escenas de jugalres y la lapidación de San Esteban.

Desde aquí se puede acceder al Parque Nacional de Aigüestores y Lago de San Mauricio, con fauna y vegetación de alta montaña, de especies como el azor, o la gineta, y Taüll, donde se hallan unas de las mejores muestras de pintura románica, hoy reproducciones, en las bellas iglesias de Santa María y San Clemente.

Foto vía Panageos

1 ComentarioDejar un comentario

  • Cuando uno visita el Pirineo de Lleida no puede pasar por alto el arte románico que impregna muchos de sus pueblos. Para mí esa zona es una de las más bonitas para visitar y empaparse de sus encantos. Además, allí he conocido personas muy agradables, como los que llevaban la casa rural donde nos alojamos con mi pareja la última vez, Cal Soldat. Mi recomendación personal por aquella zona es una ruta a pie por el Congost de Mont-rebei. Impresionante!
    Marta