Los monasterios milenarios de la provincia de Burgos

Por las tierras de Fernán González, en plena provincia burgalesa, vamos a recorrer algunos de los más primitivos y valiosos monasterios castellanos, como el remoto cenobio de Quintanilla de las Viñas, las ruinas evocadoras de San Pedro de Arlanza, la famosísima abadía de Santo Domingo de Silos y el evocador monasterio de Santo Domingo de Guzmán.

1º. San Pedro de Arlanza:

Desde Covarrubias, alcanzamos al borde de la carretera las ruinas de etea gran templo de tiempos del Cid, dolorosamente expoliado. Aún quedan suficientes restos para hacerse una idea de conjunto y admirar algunos de los elementos más enteros de este milenario solar, centro espiritual de los orígenes de Castilla desde época medieval, tiempos que nos recuerdan la ermita de San Pelayo y las cuevas eremíticas situadas en lo alto del cerro.

 2º. Quintanillla de las Viñas:

La ermita de Santa María, a los pies del picón de Lara, es una rarísima reliquia del arte visigodo. Lo que hoy sobrevive corresponde al ábside y crucero de un templo del siglo VII que sería parcialmente destruido en la invasión árabe y que a principios del siglo X se habilitó para monasterio dúplice.

3º. Santo Domingo de Silos:

De los lejanos orígenes de este monasterio da idea el hecho de que el conde Fernán González lo encuentra viejo. Tras las razzias de Almanzor, nuevo tiempo de decadencia hasta que en el año 1040 aparece Santo Domingo que, con el apoyo del primer rey castellano, levanta un gran monasterio conforme al ideal benedictino: una iglesia espaciosa para la oración, una sacristía bien pertechada para magnificar el culto, una buena sala de copists y un claustro bello.

Aunque casi todo el templo se perdió, brutalmente demolido, nos queda el más bello claustro románico de Europa. Otros tesoros son la colección de códices, la biblioteca, la vieja botica y el museo de la abadía.

4º. Santo Domingo de Guzmán:

En Caleruega, encontramos el evocador monasterio con el pozo milagroso donde en 1170 nació el linajudo santo. Y así terminaremos nuestra ruta por los monasterios milenarios de Burgos.

Foto vía Ciencias Sociales