Yesa y el monasterio de San Salvador de Leire

Yesa es un bello y pequeño pueblo de Navarra, situado en la Merindad de Sangüesa,  y a 47 kilómetros de Pamplona. El conjunto formado por la villa de Yesa, el embalse homónimo conocido como «mar del Pirineo» y el legendario monasterio de Leire constituye un entramado en el que se combinan sabiamente la naturaleza con el arte, la historia con el moderno turismo.

En el término de Yesa, sobre el río Aragón, quedan restos considerables del conocido como puente de los Roncaleses, construido a fines del siglo XI y coetáneo del hoy sumergido de la vecina Tiermas. Ya en la villa, la antigua iglesia parroquia es un edificio del siglo XIII que conserva sencillas pinturs murales. Además, la actual parroquia de San Esteban fue construida en 1950 y guarda el retablo mayor de la Colegiata de Roncesvalles.

La presa del embalse de Yesa se levanta en este municipio navarro, aunqeu la mayor parte de las casi 2.000 hectáreas que cubren sus aguas pertenece a la provincia de Zaragoza. Además, se debe pasear por la vecina sierra de Leire.

A media ladera de la sierra se levanta el monasterio de San Salvador de Leire, conjunto armónico de edificios de distintas épocas y setilo unificados por el color de la piedra y el grandioso entorno. De origen prerrománico, era ya importante cenobio en el año 848. Las obras del templo actual las inició el rey Sancho III el Mayor (1004-1035) y finalizaron con los monarcas de la Casa de Evreux (1328-1425).

Desde el exterior se admiran los tres ábsides y la estilizada torre románica. Junto a los ábsidse, una pequeña puerta se abre el misterio de la primitiva cripta, ordenado laberinto de columnas aprisionadas por inmensos capiteles de arcaica y primitiva ornamentación (siglo XI).

Por último, hay que destacar la nave gótica, la talla de Crucificado del siglo XIV y la arqueta neogótica con los restos de los monarcas navarros más antiguos. Enfrente, por una sencilla puerta románica  del siglo XII, se accede a la pequeña capilla de las santas Nunilo y Alodia, cuyo culto constituye la más antigua devoción de Leire. Finalmente, mención aparte merece la entrada principal a la iglesia, la Porta Speciosa.

Foto vía Turismo por España