Zuheros, una preciosidad cordobesa

Zuheros es un pequeño y pintoresco pueblo de clara herencia árabe situado junto al tajo del río Bailó, a 75 kilómetros de Córdoba. La acción de este río a lo largo de los siglos ha hecho que la villa se encuentre inmersa en un agreste paraje de horadados escarpes rocosos.

El pueblo se alza a 622 metros sobre el nivel del mar y, en cuestión de 4 kilómetros, se eleva a 980 metros. Es en esta altura donde se encuentra la célebre cueva de los Murciélagos. Además, Zuheros es una puerta de entrada al Parque Natural de las Sierras Subbéticas, de gran interés ecológico y marco perfecto para emprender numerosas excursiones.

Su pasado árabe queda patente en el trazado de sus calles, que ha conservado notables muestras de arquitectura popular. Lo más recomendable es recorrer la villa tranquilamente, sin itinerario estableciodo previamente y detenerse en sus numerosos miradores, Plaza de la Paz, Escominillas  o La Villa, desde donde se aprecian una buenas panorámicas.

Llama la atención el castillo. El origen de esta fortaleza probablmente se remonta a época árabe. Sin embargo, de este período no queda ningún resto. En el siglo XVI fue convertido en residencia palaciega perteneciente a los señores de Zuheros. De estilo renacentista, hoy en día sólo se conserva el torreón rematado por almenas y algunos fragmentos de la sillería de los muros. Desde su espectacular emplazamiento se obtienen buenas vistas de la campiña cordobesa y también de Sierra Morena.

La iglesia de Nuestra Señora de los Remedios se alza al lado del castillo. Fue edificada durante el siglo XVI seguramente sobre el solar de una antigua mezquita y reformada dos siglos después.

Asimismo, hay que visitar dos interesantes museos. El Museo Arqueológico cuyo principal interés se centra en un conjunto de hallazgos procedentes de la Cueva de los Murciélagos. El Museo-Estudio Francisco Poyato recoge las obras de este artista local cuya pintura se encuadra dentro de la corriente surrealista.

Por último, platos típicos son las habichuelas con perdiz, el conejo al ajillo, las soplas cachorreñas, la sobreusa, o una especie de sopa espesa de habas y el excelente queso de cabra con dulce de membrillo.

Foto vía Otros Caminos