La plaza de toros de Campofrío, un hito onubense

La Junta de Andalucía está finalizando la documentación técnica que apoye los valores patrimoniales de la plaza de toros de Campofrío (Huelva, Andalucía) para elevar una propuesta a la Dirección General de Bienes Culturales e Instituciones Museísticas para su incoación efectiva como Bien de Interés Cultural  en la categoría de ‘Monumento’. Se trata de una de las plazas de toros más antiguas de España todavía en funcionamiento.

La historia de esta plaza de toros onubense comenzó a principios del siglo XVIII  cuando la Cofradía de Santiago Apóstol, por suscripción popular, planteó la construcción de la actual plaza de toros de Campofrío, en terrenos de su propiedad.

De este modo, el mayordomo de la Cofradía solicitó ante el Cabildo de Aracena, la  licencia para la edificación del coso taurino, el cual se comenzó a construir en 1716, inaugurándose  el 25 de julio de 1718.  

Las primeras restauraciones documentadas de la plaza de toros se efectuaron en los años 1936 y 1977. En  2004, se realizaron estudios arqueológicos que permitieron conocer las técnicas y materiales constructivos originales, su disposición y relaciones estratigráficas, así como documentar las  fases constructivas y de acabados del inmueble.

También se ha efectuado un estudio de las fuentes documentales y bibliográficas, hallándose legajos en los archivos municipales de Campofrío, Aracena, Aroche y Almonaster la Real.  El enorme tamaño del ruedo viene a asociarse a la utilización primitiva de la plaza para el toreo a caballo o rejoneo, si bien  en el siglo  XVIII también se practicó el toreo a pie.

En un principio la plaza estuvo ubicada a las afueras del pueblo, si bien hoy en día  se sitúa en un extremo de su núcleo urbano con edificaciones próximas, siendo todavía evidente su concepción originaria completamente rural.

La plaza de toros de Campofrío presenta un ruedo circular (de dimensiones superiores a la famosa Real Maestranza de Sevilla) con capacidad para 1.500 personas, con seis burladeros dando al mismo, callejón concéntrico y de ancho suficiente para permitir el paso de las personas, y dos líneas, asimismo concéntricas de graderío.

Por último, sobresalen el palco de la presidencia, el espacio de la banda de música y la tribuna para el público. En definitiva, una plaza de toros que hará las delicias de los amantes del mundo taurino.

Foto vía Terra.es