El Toboso, una meca cervantina

El Toboso es un pequeño pueblo perteneciente a la provincia de Toledo, en la comarca de La Mancha. Se halla a 113 kilómetros de Toledo y 150 de Madrid. Se trata de una de las mecas cervantinas pues aquí Cervantes sitúa uno de los principales personajes de su obra, Aldonza Lorenzo (Dulcinea del Toboso). Muchos críticos piensan que Dulcinea fue un personaje real y conocido por Cervantes.

El Toboso se amuralló en el siglo XIV tras la dominación árabe bajo los auspicios de la Orden de Santiago. Queda algún resto de este antiguo recinto amurallados. Además, presenta un bien conservado trazado manchego de casas blancas con patio interior.

El Toboso debe su fama al personaje de Dulcinea en El Quijote. Podemos visitar la Casa-Museo de Dulcinea (Calle Quijote, 1), una típica casa de labor castellana del siglo XVI. Tradicionalmente se ha creído que esta casa fue de Ana Zarzo que inspiraría a Cervantes para el personaje de Dulcinea. También hay que contemplar el Museo Dulcinea de Humor Gráfico (Calle Doña Tolosa, 2) que recoge una muestra de dibujos, ilustraciones y caricaturas siempre en clave de humor y referidas a la historia cervantina.

 A renglón seguido, podemos acudir al Centro-Museo Cervantino. Se trata de una excelente y amplia colección de ediciones de «El Quijote» en diferentes idiomas. Están catalogadas más de 300 ediciones en más de 30 idiomas. La edición más antigua está anotada por Pellicer y data del siglo XVIII. Y no hay que olvidar de hacerse una foto junto al monumento dedicado a Don Quijote y Dulcinea.

Por otro lado, El Toboso cuenta con un notable patrimonio religioso. La iglesia de San Antonio Abad es de estilo gótico tardío y presenta una esbelta torre de tres cuerpos y varias portadas renacentistas. Además, el interior guarda a capilla de los Hierros donde se encuentra una talla que representa a San Agustín (siglo XVII).

Asimismo, sobresalen el convento de las Trinitarias Recoletas del siglo XVII y con estilo herreriano, y el convento de Franciscanas que conserva la portada del siglo XVI y vende buenos dulces conventuales.

Foto vía Wikipedia