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El centro histórico de Sevilla

Sevilla se encuentra al sur de España y es la capital de Andalucía. Sin duda, la capital andaluza es una de las ciudades más bellas y con más historia de España. Sevilla enamora, no en vano tiene un color especial.

A orillas del río Guadalquivir, en el que posee puerto, la localidad sevillana armoniza de forma admirable el culto a la tradición y la sensibilidad moderna.

La Giralda, la Torre del Oro, la Catedral, la Maestranza, el Alcázar, el Archivo de Indias encabezan una lista de lugares maravillosos de Sevilla como su magnífico centro histórico.

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Marchena, ciudad monumental en Sevilla

Apenas a unos sesenta kilómetros al este de Sevilla se halla una de esas poblaciones que ha sabido, y sabe, transmitirnos como nadie su pasado y su patrimonio histórico. Aquella vieja Marssen-ah musulmana pasó a manos cristianas en el siglo XIII gracias a Fernando III el Santo, y ya desde entonces comenzaron a construirse iglesias en el pueblo, y casi no paran…

Porque Marchena cuenta con unas siete iglesias de gran interés. San Juan Bautista, San Miguel, San Agustín, San Sebastián, Santa María de la Mota, Santo Domingo y Santa Clara, que comparten protagonismo con los conventos de Santa Isabel, San Andrés y la Inmaculada Concepción. Como véis, un reguero de monumentos, iglesias y conventos por doquier que merecen la pena ser visitados.

Marchena era una vieja ciudad amurallada, como hoy dan fe los restos de sus muros. Cuentan que en su momento llegó a tener 32 torreones y algo más de 2.400 metros de longitud. Hoy podemos apreciar en ella tres puertas, la de Morón, la de Sevilla y la del Tiro de Santa María. Os recomiendo ir a la Puerta de Morón, no solo por su interés, sino porque es allí donde se encuentra en la actualidad la Oficina de Turismo de Marchena, donde os darán unos folletos para hacer la ruta de la muralla.

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El Barrio de Santa Cruz en Sevilla

Posiblemente no haya un lugar mejor para perderse en Sevilla. Y perderse en el mayor sentido de la palabra. Porque el Barrio de Santa Cruz, la antigua judería sevillana, es un reducto de estrechas callejuelas empedradas, en las que el sol, en algunas de ellas, pide permiso cada día para poder entrar casi a regañadientes.

¿Os habéis parado en algún momento a descubrir los nombres de las calles de este barrio?. Agua, Vida, Pimienta… calles populares y tradicionales de las que emana el sabor de lo antiguo. Pequeñas plazas que en primavera se hacen de fuente y de azahar. Cuando las recorráis fijaros en el color de sus casas, los balcones, los muros que esconden patios sugerentes y misteriores, puertas de rejas que dejan atisbar hermosos patios llenos de macetas y cántaros con agua fresca. Que el verano de Sevilla es mucho verano…7

Las pequeñas plazas que acompañan el devenir de los siglos de las calles de este barrio sirvieron de inspiración a muchos escritores. Suele haber en algunas de ellas pequeñas placas con frases entresacadas de sus obras, recuerdos de una Sevilla medieval que, realmente, no sé si tendría algo que envidiarle a esta que caminamos hoy.

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La Giralda y la Catedral de Sevilla

Lo de Sevilla tiene un color especial no lo inventaron Los del Río. Me niego a pensar que jamás en la historia de esta ciudad nadie lo dijera antes. Porque Sevilla es la sensibilidad hecha arte, a orillas del Guadalquivir. Peinada por el sol extremo que se descuelga por aquí en verano, no nos resultaría nada complicado enumerar algunos de los mejores monumentos de Sevilla, ¿verdad?.

Desde la Giralda a la Torre del Oro, pasando por su extensa y poderosa catedral. Sevilla se mira impaciente en el reflejo del río que la separa de Triana. La Giralda luce orgullosa en el cielo sevillano desde hace casi mil años. Fue construida a finales del siglo XII como minarete de la vieja mezquita, hoy convertida en el primer templo catedralicio. Sus cien metros de altura son el exponente del amor que ya sentían los musulmanes por Ishbiliya, conocida más tarde como Shbilya.

No es difícil subir a la Giralda, ya que en su interior hay una rampa que os facilita la subida. Se tarda un poquito en subir, eso sí es verdad, pero las vistas desde el campanario merecen la pena. Antes de subir, fijaros en la estatua de bronce de más de siete metros que hay en la parte superior de la Giralda. Se trata del Giraldillo, una de las estatuas más célebres y conocidas del renacimiento andaluz.

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