En esta zona de la provincia de Cáceres se conjuga perfectamente el rostro más amable de la naturaleza, con la sabia mano del arquitecto popular creador del conjuntos urbanos bellísimos, perfectamente adaptados al medio, en los que resultan deslumbrantes sus ancestrales fiestas populares.
Empezamos la ruta por Madrigal de la Vera. Primer pueblo extremeño del valle en el que no faltan rincones típicos y un elevado templo. Pero lo más característico de este lugar son sus alrededores destacando, a poco más de un kilómetro, la garganta de Alardos que separa las tieras castellanas de las extremeñas, unidas por un viejo y fotogénico puente romano de un sólo ojo, en un bello paraje.