El Monasterio de El Escorial, un icono del Imperio español

El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial es un  magnífico complejo de palacio, basílica y monasterio. Se le conoce popularmene como el Monasterio de El Escorial,  el palacio fue residencia de la Familia Real Española; la basílica es lugar de sepultura de los reyes de España;  y el monasterio es la residencia actual de los frailes de la Orden de San Agustín

Se encuentra en la localidad de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), en la ladera de la sierra de Guadarrama, a unos 45 kilómetros al noroeste de la capital de España. Se llega fácilmente por carretera o por ferrocarril. Se trata de unos de los lugares más visitados de Madrid. El Monasterio de El Escorial es Patrimonio de la Humanidad y se habla de él como la octava maravilla del mundo.  

Felipe II construyó El Escorial para cumplir una promesa que había hecho después de que una ermita dedicada a San Lorenzo resultara destruida durante la victoria española frente a los franceses en la Batalla de San Quintín en 1557. Además, un año después, el emperador Carlos V murió en Yuste y dejó en su testamento que fuera enterrado en una iglesia con mausoleo real. El Escorial cumplió ambos deseos.

El palacio se encuentra en la ladera de la sierra del Guadarrama, y sus inacabables paredes de granito gris y su aspecto austero iniciaron una tendencia arquitectónica conocida como desornamentado. La sobria basílica y los simples apartamentos reales esconden la riqueza de la colección de arte de los Habsburgo, que mayoritariamente se encuentra en otros edificios del recinto como la biblioteca y el panteón real.

Lo más destacado de la basílica es su suntuoso altar y, en la capilla, el impresionante crucifijo de Benvenuto Cellini. La biblioteca, con su techo abovedado decorado con frescos de Tibaldi, contiene 40.000 libros y manuscritos;  y el museo alberga otras de Tiziano, Tintoretto y Bosch. Asimismo, un espléndido  fresco de Giordano decora la escalera principal del monastario agustiniano.

Por último, el panteón real es un tanto desconcertante. Una escalinata desciende hasta la sala octogonal, pasando por el pudridero, una sala donde se dejaban descomponer los cadáveres reales durante varios años antes de desplazarlos a los féretros dorados y de mármol que cubren las paredes de mausoleo.

Foto vía La Opinión de Murcia

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