La Coruña, la ciudad de cristal

A La Coruña la llaman la Ciudad de Cristal. ¿No os resulta curioso que a casi todas las ciudades les pongan un apelativo, una especie de apellido que la identifique?. Pues a esta capital gallega le viene como anillo, o cristal, al dedo. Daros una vuelta por la Avenida de la Marina, y luego me contáis…

Vale, os cuento el secreto antes de verla. La Avenida de la Marina se sitúa frente al puerto deportivo. Una larga hilera de cristaleras y ventanales, las Galerías de la Marina, miran hacia el mar. El mar les responde con su silueta cristalina. Al atardecer, el espectáculo que se posa en los ventanales es de admirar. Y piensas… ¿Ciudad de Cristal?…

Pero La Coruña también es de cristal en su largo paseo marítimo. Tan delicada, tan elegante, sorprendida a cada paso ante el impetuoso volcán de espuma que se arremolina frente a las playas de Riazor, el Orzán y Matadero. Asomaros a la blanca balaustrada, especialmente a la altura del Museo del Hombre, el Domus, el único en su estilo en España.

No es la primera vez que el rugido del mar se ha tragado parte del paseo marítimo en esta ciudad. Impetuoso se vuelve a la altura del Obelisco Millenium, en un rincón casi abrupto, o bordeando el pequeño espacio rocoso de Riazor… Sin embargo, allá al fondo, en la morada eterna de la Torre de Hércules, el mar ruge domado por la silueta de la torre.

Patrimonio de la Humanidad desde hace casi dos años, la luz del faro sigue girando centinela en las noches coruñesas. Pero la noche en La Coruña es también para perderse por la Ciudad Vieja, descolgándonos por la céntrica Plaza de María Pita, con la esbelta figura de su ayuntamiento barroco.

Desde ahí se puede subir por las callejuelas del centro histórico, pasando por el edificio de la Capitanía General, y deteniéndonos antes en la Iglesia de Santiago. De ahí a la Plaza del General Azcárraga, a la sombra de sus plataneras, subiendo para encontrarnos con la Colegiata de Santa María del Campo, una de mis iglesias favoritas en la ciudad.

El paseo continúa por la Plazuela de las Bárbaras, el Convento de Santo Domingo y los Jardines de San Carlos, donde se halla la tumba de Sir John Moore. Asomaros a uno de los balcones de estos jardines y disfrutad de las vistas del puerto deportivo, el Castillo de San Antón y aquellas Galerías de la Marina en las que juguetea el sol.

Ahora sólo queda volver a reanudar el camino, y seguir la estela del mar, que aquí en La Coruña surge por todas partes.

Foto Vía Aireg

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