Huesca, un icono aragonés

Huesca es la capital de la provincia homónima, perteneciente a la comunidad autónoma de Aragón. Se encuentra al noroeste de la Península Ibérica a unos 70 kilómetros de Zaragoza y 380 de Madrid. Se halla en el centro de la Hoya de Huesca y en el centro oeste de la provincia oscense.

Huesca, la ciudad medieval agrupada en torno a la catedral que corona el cerro, la ciudad constreñida por el cinturón amurallado, nos habla de su pasado; la parte nueva, la que rompió el cinturón castrense para extenderse por el valle, nos habla del futuro.

 Comenzaremos la visita por la Catedral de Huesca en lo más alto de la ciudad. Se trata de una catedrál gótica  construida en el siglo XIII y terminada en el XVI. Se erigió sobre la mezquita mayor de la ciudad islámica, que, a su vez, suplantaba el solar y los mármoles de un templo romano. Destaca su retablo de alabastro del altar mayor renacentista, su armoniosa portada y sus tres naves con capillas laterales.

En la misma plaza de la Catedral se alza la Casa Consistorial (siglo XVI), recia edificación aragonsea flanqueada por torres. En el entorno de la plaza del Mercado encontramos el monasterio de San Pedro el Viejo (siglo XII), románico primitivo, bellísimo claustro, que fue panteón de los monarcas aragonesas Alfonso I El Batallador y Ramiro II El Monje.

La iglesia de las Miguelas y la ermita de Salas, románicas; las iglesias de Santo Domingo y San Lorenzo, barrocas; el Casino y la Diputación Provincial modernistas; y el Centro de Arte y Naturaleza completan la nómina de monumentos que deben abarcars en un paseo por Huesca.

Además, hay que acudir al Museo Arqueológico Provincial, plaza del Seminario, antiguo palacio real de los reyes de Aragón (siglo XII, muy remozado). En este lugar, tuvo lugar la leyenda del suceso de la campana de Aragón. Por último, uno debe contemplar varios palacios, las murallas, el monumento a Ramón y Cajal, el Palacio de Congresos de Huesca y la fuente de las musas.

Finalmente, en Huesca se come un estupendo cordero asado (el ternasco de Aragón), unos embutidos irreprochables y unas riquísimas castañas de mazapán. El vino de la tierra es el somontano.

Foto vía Viajar Despacio  

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